miércoles, 10 de abril de 2013
Volar cometas
Ni siquiera puedo recordar la última vez que volé una cometa, pero la sensación que tuve no se puede olvidar. Hacía un poco de viento, y la cometa flotaba suavemente en el aire. Se balanceaba de un lado a otro. Yo sujetaba con fuerza la cuerda para que no saliera volando, tenía miedo de perderla porque me gustaba mucho. Estuve bastante tiempo así, pero finalmente decidí que otras personas deberían verla. Pidiendo un deseo la solté y el viento se la llevó. No recuerdo el deseo que pedí, y mucho menos si se ha cumplido. Tampoco sé si la volveré a ver, de que no la he visto ya es posible que nunca más la vea, pero nunca se sabe... ¡El mundo es un pañuelo!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario